jueves, 25 de noviembre de 2010

DIALOGO CON LA ESPERANZA

Para ti que me lo has pedido hoy, espero que te gute

De nuevo enciendo mi vela,
la vela que nunca debí dejar apagar,
la vela de tu esperanza,
Señora de San Gil.

De nuevo me pongo delante tuyo,
sin rostro, sin boca, sin identidad,
como uno de tus hermanos
para andar las calles de mi vida.

De nuevo visto mi túnica de hermano
para acompañarte, Madre,
en las calles de mi dia a dia
e iluminar mi camino con tu luz.

De nuevo Madre, me pongo en tus manos,
para decirte, como tú dijiste al Padre,
"Aquí me tienes",
Y nada más, ¿Para qué mas palabras,
si solo con mirarte ya lloro
y se llena mi corazón de nostalgia
cuando parto de Sevilla
y dejo tu basílica en mi camino?

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Dialogo de Desesperanza


¿Cómo, era, Madre, cómo era
la inocencia con que te miraba,
aquella primera vez que te vi?

¿Cómo eran, Madre, cómo eran
aquellas pirmeras palabras
que en otros días te decía?

¿Cómo era, Madre, cómo era,
este corazón que te buscaba
que siempre te espera,
que te gozaba,
cómo era, Madre, como era?

¿Era mi corazón, un niño
con toda su inocencia,
y al que la vida ha convertido
en hombre con toda su maldad?

¿Eran mis palabras, Madre,
las palabras de un hijo
que dependía de su madre
y ya no salen por que ese hijo
ha crecido y se ha enmancipado
del hogar materno?

¿Deseaba ,entonces, el cielo,
como hogar para mis días
y ya que estoy más próximo
mis píes se afianzan en la tierra
con la fuerza de una joven raíz?

¿O todo lo que creía
ahora no lo creo, Madre,
por lo que he visto,
por lo que he oído?

¿Qué ha pasado Madre,
para haber perdido,
como he perdido
toda la Esperanza
que mi corazón tenía?

jueves, 28 de octubre de 2010

DIALOSGOS DE ESPERANZA


Señora, déjame beber de tu esperanza,
déjame vivir mi vida con la fe
que viviste tú la tuya.
Una fe valiente,
que te hizo entender
como obra de las manos de Dios
todo lo que acontencía en tu vida.
Señora, déjame beber de tu esperanza,
déjame vivir mi vida con la fe
que viviste tú, la tuya.
Enciende la fe en mi corazón,
la fe que ilumine mis horas,
y haga de mis quereres,
los quereres de Dios.
Señora, déjame beber de tu esperanza,
déjame vivir mi vida con la fe
que viviste tú, la tuya.
Educame, en tu escuela, Madre,
para que en cada instante de mi vida
sepa caminar siempre,
por las senda de Dios.
Señora, déjame beber tu esperanza,
déjame vivir mi vida con la fe
que viviste tú, la tuya.
Sé mi consuelo, Madre,
en las muchas desalientos
que la vida me ofrezca
y mi corazón se llene,
como tu rostro de la Sonrisa de Dios.
Señora, déjame beber tu esperanza,
déjame vivir mi vida con la fe
que viviste tú la tuya.

miércoles, 20 de octubre de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XXX



Sediento te busco,
¡Por que mi alma
de ti tiene sed!

Necesito tu mirada,
oír tu voz
cuando el furor
me vence.
Sediento te busco.

Me es duro el tiempo,
en que por mi causa
me alejo de tu lado,
Madre,
y el odio me gana,
sediento te busco.

Te busco, Esperanza,
cuando el vertigo
me puede,
cuando mis píes
siente el frío del vacío.

Te busco, Madre,
a pesar de la rebeldía
que todo lo invade
a pesar de las voces,
no me hagas caso,
tiéndeme tus brazos
y permite que me recueste
a tu lado,
mientras siento la nana
que todas las noches
tu corazón me canta.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
21 de octubre de 2.010

miércoles, 13 de octubre de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA




¡Que bien se esta, contigo, Madre!
Contemplando mi acontecer diario,
desde la perspectiva de tu vivir,
para hacer mi dia a dia
segun la voz del Padre.

¡Que bien se esta, contigo, Madre!
Pero que poco me deja la distacia
venir a estar contigo en tu casa.
Hace años, era, aun, un niño,
¿Recuerdas aquella mañana,
era, como, ahora, Jueves,
me postre ante ti y te mire
y descubri, en tu rostro,
aquella ¡bendita mañana!
un rostro cercano, proximo,
el rostro de mi Madre,
lo recuerdas?

¡Que bien se esta, contigo, Madre!
Ahora, cada primavera,
como esta noche, a tu lado vuelvo,
Tu no me dices en alto nada,
yo te miro, en el mismo silencio, cayo,
si Madre conoces mi corazon,
¿para que tre voy a decir nada?

VICTOR HERNANDEZ MAYORAL

miércoles, 6 de octubre de 2010

DIALOGO DEL ROSARIO CON LA MACARENA

Déjame, Señora, estar así,
en contemplativo silencio,
próximo, muy cerca de ti,
mientras la noche camina
hacia una nueva Madrugada.

Tiéndeme la mano, Madre,
agarra fuerte la mía,
mientras como a un niño,
me llevas por el camino,
camino de gozo,
camino de luz,
camino de dolor,
camino de gloria,
camino de tu vida, Señora,
mientras en mi mano desgrano
cuentas que son saludos,
con el del Ángel en el mediodía.

Cuéntame, Señora, esta noche,
¡Cómo esas noches de Nazaret!
lo ocurrio en tu vida,
cuando Dios llamo a tu puerta,
con ansias pora acercarse al hombre,
por compartir nuestro tiempo
nuestra historia, desde la Cuna de Belén.

Mientras el cirio desgrana cuentas de cera
y en el silencio de la noche,
su voz susurra oraciones,
que responden a las que yo alzo,
anunciamos el Reino,
pon Madre la mesa de mi corazón
con el Pan y el Vino de tus entrañas,
mientras le dices a tu Hijo:
"No tiene vino"
y me respondes a mí:
"Haz lo que él te diga".

Vela, Madre, mis noches febriles,
estante junto a la cabecera de mi lecho,
cuando la tortura de la enfermedad
flagele y debilite mi cuerpo,
y la burla se haga espina
y no pueda soportar el peso
de la Cruz de cada hora, de cada día,
dame a beber el Cáliz
con sabor a oliva y noche
que tu Hijo bebió en Getsemaní.

Llena mi vida de la Esperanza
que supo esperar la hora,
en que el fracaso, aparenta,
no permitia espera ninnuna hora,
se transformo en glorioso triunfo.

Se llave, Señora, de mi vida para el cielo,
donde tú, ya sin lágrimas y sonriendo,
me esperaras en el Arco,
como esperas la llegada
de todos tus hermanos e hijos macarenos.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
7 de octubre de 2.010
Día de Nuestra Señora del Rosario.

miércoles, 4 de agosto de 2010



En esta noche de agosto,
al mirarte, Madre, olvidar quisiera mi vida,
mientras desde el cielo,
tus ojos me miran,
en parpadeantes estrellas.

En esta noche de agosto,
quisiera poner en tus manos,
que para mí, en cuna se han convertido,
mi corazón de hombre,
como si un niño fuera,
para que tú lo abrazaras,
lo mecieras en medio de la lucha,
lo durmieras, como dormías
al Niño en la Nochebuena.

Y así, sientiendo tu caricia,
y la voz de tu palabra
mi corazón, indómito,
siempre rebelde,
siempre en busca,
sentirse ciego y, tú, su lazarilla,
la mano que le guía,
que le conduce de este valle
a su morada definitiva.

Por que mi vida ha sido busqueda
busqueda de tu mirada,
busqueda de tu presencia,
busqueda de la Madre,
que un día desde el Árbol
tu Hijo quiso que se convirtiera
en mi Madre de la Esperanza.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
5 de agosto de 2.010
Festividad de la Dedicación de la Basílica de Santa María la Mayor de Roma.

miércoles, 28 de julio de 2010



Antes de ti,
mi vida en un desierto,
en el que no cabía
la palabra Esperanza.
Antes de ti,
mi vida un caos,
un ir y venir sin rumbo,
sin destino fijo.
Antes de ti,
mi vida era una absurda apuesta,
un juego de valientes,
donde lo más fácil,
era apostar y perder.
Antes de ti,
mi vida no era nada,
no tenía sentido,
no tenía Esperanza.
Antes de ti,
era un continuo huir,
un salir de mi mismo,
para entrar de nuevo en mi.
Antes de ti ...
antes de ti,
yo no era nada.
Pero al encontrarte,
y mirarte y dejarme mirar por ti,
mi vida cambio
el absurdo de mi vivir
se convirtio en un vivir para ti
para tu Hijo y para los demás.
Al encontrarte
como en un puzle
las piezas de mi vida
una a una fueron encajando
y ya sólo pienso en vivir
no para mi sino para ti
y desde ti para los demás.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
28 de Julio de 2.010

miércoles, 21 de julio de 2010



Mi corazón, tierra baldía,
Madre, hoy vengo a ofrecerte,
por que te necesito,
por que necesito una hortelana
que plante de nuevo en él,
el grano de trigo que un día,
sin grandes palabras
sin metaforas,
ni florales juegos literarios
un corazon humilde,
como el tuyo, Madre,
en él planto con la Esperanza
de que llegará un nuevo verano
y aquel grano fuera trigo y pan.

Mi corazón te ofrezco,
como un pequeño huerto,
para que plantes en él,
esa Palabra, humilde,
que de la boca de Aquel
que en tu arco es sentenciado
sea en mi Vida.

Mi corazón te ofrezco,
para que le trilles
con el duro trillo de octubre,
siembres el grano
en otoño,
para que el invierno
no lo cubra de nieve y lo mate
para en una nueva primavera,
en una nuevo mayo florezca
y en otro verano, menos arido que este,
de el ciento por uno.

Mi corazón te ofrezco
para que tus manos los transformen
de árida tierra sin fe
en fértil trigal transformes,
y a pesar de la tormenta
vida me des en esperanza
para vivir mis días
y morir en tus brazos.

VICTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
22 de Julio de 2.010
Santa María Magdalena

miércoles, 30 de junio de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XXII


Anduve por mil caminos,
busque en mil mares
y en todas partes,
a pesar de la compañía,
solo encontre la soledad
del que no tiene a Dios en su alma.
Pero, una mañana,
cansado de buscar,
me acerque a un pozo,
donde el agua de Dios
siempre iba a detener
su corriente de Agua.
Junto al brocal de aquel pozo,
una mujer miraba aquellas aguas,
con lágrimas en los ojos,
y una sonrisa en su rostro.
me miró, la mire
y tendiome un cantaro de aquella agua
que toda mi sed apagó.
Ya no volví a tener sed
mi vida se fue desvaneciendo
mientras aquella agua
iba llenando mi ser,
mis sueños de grandeza,
se fueron haciendo pequeños,
mis riquezas pobrezas,
mi todo, mi nada,
ya sólo me importaba aquel agua
y las manos de aquella mujer
que poco a poco iban dando
a mi alma una calma
hasta entonces desconocida.
Volví a mirarla y sonreía,
a pesar de sus lágrimas, ¡sonreía!
y al preguntarla su nombre
una sola palabra de su boca nacio:
"Esperanza".
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
30 de junio de 2.010

miércoles, 28 de abril de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XXI



A pesar del dolor de la muerte,
de la espada de amargura
que rasga tu corazón,
sonríes Madre de Esperanza.
¿Cómo no sonreír
si tu Hijo te ha dejado
para alumbrar el camino
de sus hermanos?

A pesar de la imagen
en tu retina detenida,
de su cuerpo destrozado,
de a soledad de su alma
sonries Macarena.
¿Cómo no sonreír
si tu Hijo te ha dejado
como consuelo
de sus hermanos?

A pesar del silencioso eco
de los martillos
que clavaron sus manos
en tus oídos,
sonríes Esperanza.
¿Cómo no sonreír
si tu Hijo te ha dejado
como alegría
de sus hermanos?

A pesar de tu dolor,
y viendo mi pena,
sonríes, Señora,
para que yo sonría,
para que no caiga,
para que siga en pie
a pesar de mi Calvario,
a mi pesar de mi tristeza.
¿Cómo estar triste
mirándo tu sonisa,
viendo tu penar
como puedo llorar yo el mío?

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
28 de abril de 2.010

miércoles, 21 de abril de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XX



Mirando tu rostro,
¡Surcado de lágrimas,
templo de Esperanza,
ya presentida, muy cercana,
la mañana de la Resurrección,
¿Quién puede temer, Señora,
la tristeza,
quien puede temer, Señora,
la soledad,
si teniendote por Madre,
dónde puede habitar la pena,
cómo sentirse uno sólo,
si tú eres mi Compañera?

Acogiéndote como Madre,
Señora de Esperanza,
¿Quién puede temer la noche,
quien puede temer la oscuridad,
si tú eres Luz en la noche,
lucero, pregonero de la mañana,
si a tu paso, Señora,
enciendes candelas,
para mis torpes pasos
para alumbrar mis sombras,
si tú eres en la noche,
Macarena, Luz?

Sintiéndote próxima,
a pesar de a distancia,
a pesar de la lejanía,
¿quién puede temer
al fracaso,
quién la ingratud,
o la traición,
por qué a tu lado, Señora,
se olvida el hombre
y sus dudas
y se ve el rostro
de la Madre de Dios.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
21 de abril de 2.010

miércoles, 24 de marzo de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XIX


Eres Macarena, obra perfecta del Padre,
promesa de un mediodía
en el que Padre se hará hijo
y necesitará tu seno para ser Hombre.
Eres Macarena, mujer libre,
que se hace esclava
para dar vida al Hombre
que te creo.
Eres Macarena, surco abierto,
tierra, siempre mojada,
dispuesta para la siembra,
¡Y una Siembra de Vida!
Eres Macarena, escalera
por la que baja Dios a la tierra,
para que el hombre suba al cielo.
Eres Macarena, palabra,
oración, sueño, realidad,
del que sueña con encontrarse,
una tarde contigo, ya cercana,
y en silencio decirte:
Aqui me tienes, Madre,
mi dicha en esta hora se ha cumplido.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
25 de marzo de 2.010
Día de la Anunciación

miércoles, 17 de marzo de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XVIII

Cada lágrima que surca
y embellece tu rostro
es una pena, es un pesar
de las horas del Calvario.

Recuerdan a quien te mira,
el ruido, ya, silencioso, callado,
de un eco léjano de hierro,
de martillo y clavo.

Recuerdan las burlas,
la osadía del hombre
que reta al mismo Dios
a abanondar al hombre.

Recuerdan, Macarena,
las espinas
que hirieron las sienes
que besaste y acariciaste
la Noche de Belén.

Recuerdan, Señora,
la angustia del hombre,
ante lo inexplicable de la muerte,
y el misterio del más allá.

Y sobre Todo,
Reina de Sevilla,
son Esperanza de vida,
segura eternidad
para el que te mira.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
17 de marzo de 2.010

miércoles, 10 de marzo de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XVII



¿Quien tuviera el don de la palabra,
para componer las más hermosas frases
decirte lo que te necesito,
mirarte de frente, buscar tus ojos,
como busco en la mañana el rostro de mi madre?

¿Quien pasase esta vida,
mirando sólo la estela de tu candela,
esperando sólo el no vivir en este mundo,
para estar todas las horas contigo,
en tu hogar del cielo?

¿Quién fuera trozo de blonda,
blanco pañuelo, para estar todo el día,
en tu mano prendido,
para secar tus lágrimas,
para oír tu voz?

¿Quién fuera Madre tu hijo,
y vivir soñando
que esta vida, tan sólo,
es jornada de obrero,
y que tú nos esperas,
a las puertas del Cielo?

¿Quién pudiera Macarena,
dormir un día,
y despertar a la otra mañana
mirándote en el cielo?

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
10 de marzo de 2.010

miércoles, 3 de marzo de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XVI


Macarena, Madre de Esperanza,
puerta de Dios para el hombre,
puerta del hombre para Dios,
en tu seno acoges la voz del Padre,
que se hace carne, Palabra, Presente,
y en tu seno se cumple la Promesa
del Padre que desde el inicio del tiempo,
para cuna de tu Hijo te creo.

Eres María, ánimo en el cansancio,
sonrisa en las horas amargas,
promesa de eternidad segura,
presencia viva de Dios entre el hombre,
presencia, siempre volatil,
del hombre ante Dios,
eres Macarena, aliento del Padre
en el corazón arcilloso del hombre.


Tú cada Madrugá, cada tarde,
cada mañana, cada noche,
que me acerco a orarte,
me traes a Dios,
me traes a ese Dios maniatado,
que inclina la mirada
mientras le condenan a Muerte.
Y junto a ti, cada madrugá,
cada mañana o cada tarde,
tu Hijo y tú, Señora y Madre,
obráis con vuestra caricia
en mi corazón el milagro
de sentirse vivo,
por que cada latido sé,
que es cirio para tu palio.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
3 de marzo de 2.010

miércoles, 24 de febrero de 2010

DIALOGO CON LA ESPERANZA XV



Cada mañana, cuando el Padre
ilumina el cielo con el sol,
tú, Madre te asomas al balcón,
azul, a pesar de las nubes,
para ver si me alejo, o me aproximo
a la Casa del Ceilo.

Cada mañana, cuando el reloj,
siempre imparable como horas,
abres la puerta de tu Morada,
para ver si al bajar las escaleras
y salir a la calle de la vida,
me alejo o me aproximo
a la Casa del Cielo.

Cada mañana, mientras despierto,
preparas en la cocina del Cielo,
el desayuno de la Palabra
que tu Hijo pronunciará un día,
y que cada jornada me recuerdas
mientras vigilas que no me aleje
demasiado de la casa del Cielo.

Cada mañana, con un nuevo día,
mientras el Padre prepara el cielo,
tú organizas una fiesta para mí,
me tiendes los brazos,
y me abrazas calidamente
mientras me dices al oído:
No temas, hoy todo empieza
para ti de nuevo.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
24 de febrero de 2.010

miércoles, 17 de febrero de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XIV



Madre de Dios,
made mía,
vengo ante ti
por que necesito tu pecho
para en él refugiarme,
por que necesto tus manos
para dar auxilio
a mi vida cristiana.

Vengo a ti,
Macarena,
porque eres maestra,
la mejor maestra
de la historia,
que tuvo,
la dificilo tarea
de educar al mismo Dios
y vengo ante ti
porque además
fuiste discípula,
alumna,
de Aquel del tú, misma,
eras Maesta.

Enséñame Madre,
en tu escuela,
a parednder lo que tú aprendiste,
hazme discípulo de tu Maestro,
díscipulo de tu hijo
en estos momentos,
tan dificiles para la fe.

Madre de Dios,
Madre Mía,
Señora de Sevilla,
ruega por mí
y ayudáme a ser ante el mundo
luz que alumbre cada día
como tú alumbras cada Madrugá
las noches de Sevilla.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
17 de febrero de 2.010

miércoles, 10 de febrero de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XII



Aunque es de noche, y noche profunda,
noche de frío y nieve, noche oscura,
estoy seguro, no vacilan mis pasos,
mientras te busco, un nuevo año,
cuando la Cuaresma ya casi llama
a la aldaba de la puerta de mi espíritu.

Mendigando voy, Señora,
un poco de calma,
una limosna,
para mi espiritu siempre en batalla,
siempre en el desierto,
hambriento del Pan
que un día tus hermosas manos
dieron vida en el ciudad del Pan.

Aunque es de noche
y el sendero se pierde
entre las sombras,
que desde el cielo
tantas estrellas me ofrece,
descanso en la seguridad,
de que no tardaras
en llegar a mi encuentro,
en venir a mi llamada,
si te espero.

Un voz profunda, dulce,
le dice a mi corazón
que si persevero,
que si yo quiero
tú vendras a mi encuentro,
y que de nuevo en la Madruga,
en ese fugaz momento
que marca el reloj de la noche,
cuando en tu palio
entre una nube de incienso,
gritos de jubilo,
oración en los corazones,
me miraras, Señora,
y me tenderás de nuevo la mano,
para decirme levanta.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
10 de febrero de 2.010

miércoles, 3 de febrero de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XII


María, cuando mis pies cansados,
cuando mi corazón envejecido,
llegue al final de esta jornada
buscando un poco de calma,
déjame descansar en tu remanso.
Cuando mi barca, destartalada,
cansada de tanto viajar,
de tanto arribar a muchos puertos,
ilumina, Madre, el faro, la estrella,
para que mi viejas maderas,
sin mucho, daño, arriben en las arenas
de las playas del cielo.
Cuando los ojos se cierren,
cansados de tanto buscarte,
y la gozosa muerte,
me descubra tu rostro,
entonces, Madre,
dame un abrazo fuerte,
y no suelte, ya, más mi alma
de tus manos,
pues a pesar de morir en la lejanía,
por fin seré, todo tuyo,
y mi corazón en tus manos mecido,
será un corazón Macareno.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
3 de febrero de 2.010

miércoles, 27 de enero de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XII



Mi vida es camino,
entre el hombre y tu Hijo,
entre este hogar mundano,
que tiende, cada día,
a envejecer,
y ese hogar del cielo,
donde espero un día,
ser recibido por hijo.

Y en este camino,
en este sendero,
a menudo empedrado,
a menudo duro,
tu mano me conduce,
tu mano me sostiene
y me guía
ante tanta disyuntivas
ante tantos cruces
que en el camino de la vida
me invitan a diario
a ir hacía un lado o otro,
apartándome del camino
que me conduce
al goce pleno contigo.

Te busco en las estrellas,
te busco en la flor
que cada primavera
nace nueva y siempre es la misma
y sólo en la Palabra
y en el gesto acogedor
te encuentro.

Por que todo es camino,
tú siempre viajas conmigo,
por que todo es camino,
a pesar de la traición
del hombre que conmigo viaja,
tú siempre viejas conmigo,
y me dices que no tema,
que no me preocupe
en las necedades de este mundo,
que mire, siempre al cielo,
donde me espera un Arco,
donde me espera una Madrugá,
donde me esperas Tú.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
27 de enero de 2.010

miércoles, 20 de enero de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XI


Aquí estoy, Señora,
un nuevo día,
buscando tu rostro,
buscando tus ojos,
buscandote a ti.

Aquí estoy, Señora,
dispuesto a poner
en tus abiertas manos
todo mi gozo,
toda mi alegría,
todo mi vivir.

Aquí estoy, Señora,
para abandonarme
por completo en tus manos,
para olvidarme por entero
de mi mismo
y hacerme todo tuyo.

Aquí estoy, Señora,
para entregarte mi ser,
para entregarme a ti,
para ofrecerte cada momento,
las horas fáciles,
las sonrisas, las risas,
las horas difíciles,
la cuesta arriba,
las horas amargas,
con sus adioses
y sus silencios.
Aqui estoy, Señora.

Y ya todo ofrecido,
y ya sin nada en mi,
y todo en tus manos,
repetir, contigo,
en este nuevo mediodía,
las palabras aquellas tuyas
que ofreciero tu ser al Padre:
"Hágase en mi tu Voluntad".

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
20 de enero de 2.010

martes, 19 de enero de 2010

PADRE NUESTRO AL SEÑOR DE LA SENTENCIA


Padre Nuestro que eres injustamente sentenciado a muerte
por enseñarnos que tu Reino no es el Reino de la violencia,
sino de el de esa mierada tierna y dulce que busca, a diario, alguien que le comprenda.
Padre Nuestro que eres injustamente condenado a muerte,
por enseñarnos que la importancia no está en el tener
sino en el dar y sobre todo en el darse uno mismo
como tú te nos das cada día en el Pan de la Eucaristía.
Padre Nuestro, que eres injustamente condenado por una Sentencia
que nos enseña el valor el verdadero Amor
que nos hace preguntarnos cada día:
¿qué puedo hacer yo por mi hermano?
En tus manos maniatadas confiamos,
porque estan llenas de Esperanza,
y esperas cada día que sepamos volver a ti nuestros ojos
con la confianza con la que Pedro, en la noche del Jueves Santo,
cuando por tres veces te negó,
busco en tu mirada un poco de compresión, un poco de amistad.
De tus manos amaniatadas esperamos
el perdón para nuestros muchos pecados
para nuestras mucas faltas de cada día,
para nuestro alejarnos de ti
y siempre, a pesar de estar atado,
quédate con las manos abiertas para perdonarnos.
Enséñanos Padre de la Sentencia
a perdonar, como tú perdonaste
a Pilato que te condena,
a los romanso que te torturan
y de ti se burlan coronandote de espinas,
como perdonaste al que te quito el manto,
y al que te clavo en la Cruz.
Que nosotros mirándo tu ejemplo
perdónemos a todos los que nos ofenden
y sepamos pedir perdón
y sobre todo brindar perdón.
Enséñanos Padre de la Sentencia
no a pedir el pan para nosotros mismos,
sino el pan para cada hombre y mujer
que a nuestro lado tienen la necesidad
de una palabra de aliento,
de una sonrisa,
de un gesto de amistad,
de un pedazo de nuestro pan
con el hermano necesitado,
con el hermano solitario,
con el que vive sus días en la más absoluta pobreza
que es no tener a nadie con quien compartir la vida.
Conviertenos en constructores de un mundo nuevo,
donde se valore a la persona por lo que es
y no por lo que tiene,
donde cada hombre o mujer no se siente extraño,
donde cobijemos a todos,
donde no discrimenemos a nadie,
donde luchemos por defender la justicia, frente a la injusticia,
la paz frente a la guerra y la violencia,
el amor frente al odio,
el perdón frente al rencor,
Donde no condenemos a nadie,
y estemos siempre abiertos a comprender
los fallos de los hermanos cm tú perdonas nuestros fallos.
donde quien nos vea diga: "Este es hemano o hijo
del Señor de la Sentencia y su Madre la Macarena".
Abre nuestros corazones a tu voluntad,
a pesar de que muchas veces no entenedamos
o no podamos aceptarla,
abre neustros corazones a tu voluntad,
y enséñanos a beber el cáliz del dolor,
el cáliz de la incomprensión, el cáliz de la traicción,
como tú lo bebiste en tu Pasión,
Señor de la Sentencia,
para que un día podamos gozar de la morada
que tú nos tienes preparada en el cielo,
junto a María Santísima, tu Madre y nuestra Madre
de la Esperanza Macarena.
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL.
19 de Enero de 2.010

miércoles, 13 de enero de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA X


Necesito tu mano, Macarena,
para continuar mi luchar diario,
para levantar mi alma,
y seguir las huellas,
sin nubes de incienso,
la Palabra, sin marcha,
del Fruto de tus entrañas.

Necesito tu voz, Macarena,
que me llene de lo que no tengo,
que llene mi alma de fe,
mi corazón, de amor,
y mi cabeza, de esperanza.

Necesito tu mano, Macarena,
para enfrentarme a mi destino,
para afianzar mis pies
como peregrino en mi camino.

Necesito tu voz, Macarena,
para que me de fuerzas,
para iluminar con tu luz
mi grisaceo cielo,
mi oscura amargura.

Necesito tu mano, Macarena,
para llegar al fin de mi jornada,
sin miedo a que no amanezcza de nuevo
el sol a la mañana siguiente.

Necesito tu mano, Macarena,
para caminar por la senda de la fe,
para afianzar mi crecimiento,
para sentirme más próximo del cielo,
para no añorar este destierro.
Necesito tu mano, Macarena.

VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
13 de enero de 2.009