miércoles, 30 de junio de 2010

DIALOGO CON LA MACARENA XXII


Anduve por mil caminos,
busque en mil mares
y en todas partes,
a pesar de la compañía,
solo encontre la soledad
del que no tiene a Dios en su alma.
Pero, una mañana,
cansado de buscar,
me acerque a un pozo,
donde el agua de Dios
siempre iba a detener
su corriente de Agua.
Junto al brocal de aquel pozo,
una mujer miraba aquellas aguas,
con lágrimas en los ojos,
y una sonrisa en su rostro.
me miró, la mire
y tendiome un cantaro de aquella agua
que toda mi sed apagó.
Ya no volví a tener sed
mi vida se fue desvaneciendo
mientras aquella agua
iba llenando mi ser,
mis sueños de grandeza,
se fueron haciendo pequeños,
mis riquezas pobrezas,
mi todo, mi nada,
ya sólo me importaba aquel agua
y las manos de aquella mujer
que poco a poco iban dando
a mi alma una calma
hasta entonces desconocida.
Volví a mirarla y sonreía,
a pesar de sus lágrimas, ¡sonreía!
y al preguntarla su nombre
una sola palabra de su boca nacio:
"Esperanza".
VÍCTOR HERNÁNDEZ MAYORAL
30 de junio de 2.010