miércoles, 25 de mayo de 2011

DIALOGO CON LA MACARENA



Dios puso en tu rostro

las lágrimas de mis ojos,

para secar el llanto

de mi pena

y llenar mi alma de ti,

Esperanza.


Tu sonrisa apenada,

es alegría, es dicha,

para mi espíritu

enfangado en el llanto,

en la pena, en el dolor,

Madre Macarena.


Tu sentimiento,

es igual que el mío,

cuando te miro

y llorando te llamo

y mirándote sonrío

porque soy todo tuyo:

Macarena.

1 comentario:

  1. Siempre tan profundos y bellos tus diálogos que Ella escucha y le encantan.
    Un besazo hermano.

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